Abierta una consulta pública a la ciudadanía sobre los pagos a través de las nuevas tecnologías


Las formas en que compran y pagan los ciudadanos europeos están cambiando radicalmente (Llevar un billete de tren virtual o reembolsar a un amigo a través del teléfono móvil, hacer la compra en línea, pagar en el extranjero con su tarjeta de débito). Un entorno de pago integrado, seguro y transparente en toda la UE podría crear unos medios más modernos, eficaces y seguros de pagar, y supone una ventaja para consumidores, comerciantes y proveedores de servicios de pago. Al respecto se ha abierto una consulta pública a la ciudadanía, el plazo de envío de respuestas a la consulta es el 11 de abril de 2012.

Los pagos electrónicos son esenciales para todos los consumidores, ya sea al comprar algo en un punto de venta o al hacerlo en Internet. En toda la UE se usan más de 700 millones de tarjetas de pago, el comercio electrónico brinda enormes oportunidades y el número de teléfonos inteligentes está aumentando a un ritmo muy rápido.

El Comisario de Mercado Interior y Servicios, Michel Barnier, declaró que «Europa tiene la oportunidad de ponerse a la vanguardia de lo que significará pagar en el futuro. No obstante, no podremos alcanzar ese objetivo de mantenerse el grado actual de fragmentación del mercado. Unos pagos electrónicos seguros, eficaces, competitivos e innovadores son cruciales para que los consumidores, los minoristas y las empresas puedan disfrutar plenamente de los beneficios del mercado único, así como para impulsar el crecimiento del comercio electrónico. La consulta puesta en marcha hoy está plenamente en consonancia con el mandato de la Comisión, centrado en el crecimiento y la creación de puestos de trabajo y basado en los logros ya alcanzados en el ámbito de los pagos al por menor».

El Vicepresidente Joaquín Almunia ha añadido: «Unos sistemas de pagos no eficientes en la Unión Europea aumentan indebidamente los costes de las transacciones, son perjudiciales para la competitividad mundial de la economía europea y limitan su potencial de crecimiento. Los consumidores europeos, los comerciantes y las empresas merecen unos servicios de pago en sintonía con el siglo XXI: transparentes, con verdadero valor añadido y que aprovechen nuestras tecnologías de la mejor manera».

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