Una de las políticas de la Unión Europea es la Política Pesquera Común que trata de garantizar una gestión sostenible de las poblaciones de peces que permitan el mantenimiento del sector pesquero europeo y de las especies evitando que la productividad se pueda ver afectada por la escasez de recursos en el medio/largo plazo. Esta política surgió en los años setenta y desde entonces se ha ido reformando, la reforma más reciente es de enero de 2014 y depende del Comisario de Asuntos Marítimos y Pesca, actualmente es el maltés Karmenu Vella.
La Política Pesquera Común se dividiría en: la gestión de la pesca; el control de la pesca; combatir la pesca ilegal; potenciar la acuicultura; y acuerdos internacionales con otras organizaciones y países.
La gestión de la pesca busca establecer límites a la pesca para garantizar la reproducción de las especies y que éstas sean sostenibles, así como eliminar progresivamente prácticas que puedan dañar esa sostenibilidad. Esto es necesario porque, aunque los pescadores capturan peces de poblaciones que tienen una capacidad reproductiva alta, sin embargo esta no es ilimitada, por lo que si la pesca no se controla, las poblaciones podrían extinguirse o la pesca de esas especies dejaría de ser rentable.
El control de la Pesca busca garantizar el cumplimiento de las normas de la Política Pesquera Común: vigilando que sólo se capturen las cantidades permitidas, recogiendo datos que faciliten la gestión de la pesca; delimitando las competencias entre los Estados Miembros y la Comisión Europea; garantizar que se trate a todos los pescadores por igual y la armonización de sanciones en toda la UE; control de los productos de la pesca que permita rastrear su paso por toda la cadena de suministro, desde el mar al plato.
La Unión Europea combate la pesca ilegal porque esta supone una serie de problemas: agota las poblaciones de peces, destruye los hábitats marinos, distorsiona la competencia, perjudica injustamente a los pescadores legales y fragiliza a las comunidades costeras, especialmente en los países en desarrollo. Las acciones para combatirla son: regulación de la pesca y control de su aplicación; en la UE solo se importan o exportan productos pesqueros que tengan un certificado legal que garantice que no proviene de pesca ilegal; cada cierto tiempo se elabora una lista de buques que realizan pesca ilegal; lista negra de países que promueven directa o indirectamente la pesca ilegal; sanciones duras a pescadores de la UE que realicen pescas ilegales en cualquier parte del mundo.
Actualmente el 20% del mercado del sector pesquero procede de la acuicultura por ello la Comisión Europea quiere impulsar este sector de diferentes formas: reduciendo las cargas administrativas; mejorando el acceso al espacio y al agua; aumentando la competitividad y aprovechando las ventajas competitivas debido a los altos niveles de calidad, sanitarios y medioambientales; facilitando la cooperación, la coordinación y el intercambio de buenas prácticas entre los países de la UE sobre éste sector.
En materia de Acuerdos Internacionales la Unión Europea firma acuerdos de pesca con terceros países (8% de las capturas de la UE (2004-2006) corresponde a estos acuerdos) y es un actor muy importante en la escena internacional en la gestión pesquera y del Derecho del Mar, colaborando con organizaciones como la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación) o la OCDE (Organización de Cooperación y Desarrollo Económicos).
Más información sobre la Política Pesquera Común pinchando aquí.
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