La retribución de los cargos
políticos tiene su origen en la antigua Grecia, con las reformas que llevaron
al establecimiento de la Democracia en la Atenas de la época, para permitir que
aquellas personas más pobres pudiesen ejercer cargos públicos sin perder sus
ingresos por dejar su trabajo.
Imagen procedente de viajesgrecia.org
¿Por qué se retribuyen los cargos
políticos? Para que en Democracia cualquier ciudadano sea rico o pobre pueda ejercer
un cargo público sin que ello suponga una merma en los ingresos, permitiendo
que puedan desempeñar ese cargo en exclusividad y sin que tengan que ejercer
otros trabajos que puedan suponer un conflicto de intereses con sus funciones
como cargo público y porque no todo el mundo tiene la misma
disponibilidad de tiempo y en algunos casos supone tener que renunciar al
trabajo que estás realizando para vivir si quieres tener tiempo para desempeñar un cargo político
y sin la garantía de que lo podrás recuperar cuando ceses en el cargo.
También en la democracia
ateniense había quienes abogaban por la supresión de las retribuciones a los
cargos políticos, como Mª Dolores de Cospedal en la actualidad, porque
consideraban que solo los ricos (únicas personas que podrían dedicarse a estas
funciones si se suprimen las retribuciones) eran incorruptibles y que por tanto
solo aquellas personas con un cierto nivel de riqueza estaban capacitados para
desempeñar cargos políticos y eso supuso una regresión democrática en la Atenas
de la época. En los tiempos actuales, con algunos casos de corrupción, ya hemos
visto que hasta los ricos se pueden corromper para enriquecerse más.
Por lo tanto la retribución de
los cargos políticos es imprescidible para garantizar la máxima democrática de que
todos los ciudadanos pueden aspirar al ejercicio de un cargo político.
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2 comentarios:
Es un tema muy complicado, el ser humano es corrupto por naturaleza, todos aspiran a llegar alto para poder favorecerse de las influencias que tienen. Eso es a todos los niveles. Eso sí, como dirían algunos, todos menos yo.
Yo no creo que todas las personas sean corruptas por naturaleza, cada persona tiene distintos intereses y alguna veces los intereses de las personas coinciden con los colectivos y en otras son distintos y ahí es donde se encuentra el riesgo de corrupción.
Un saludo,
Jorge Juan Morante
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